AUDIENCIA 165 / LA PROVOCACIÓN

19-09-16| Con un discurso, por momentos, muy agresivo, Ramiro Dillon inició los alegatos de la Defensoría Oficial. El tono de su argumentación sorprendió porque durante muchos pasajes del relato fue más ideológico que técnico o jurídico y también por la cantidad de descalificaciones que dedicó, tanto a las querellas como a los testigos.

Alega la defensa oficial

La teoría de los dos demonios

“No es teoría de los dos demonios. Pero podría serlo”, dijo Dillon en una parte de su alegato. Y, en verdad, su discurso giró en derredor de la teoría de los dos demonios, tema ya debatido y superado hace tiempo, tanto en el ámbito de la disputa política como en las discusiones académico-científicas de las ciencias sociales, pero que ahora se intenta traer de nuevo a la escena para justificar el terrorismo de Estado.
Ramiro Dillon adelantó, en el inicio, que pedirá la absolución de todos sus defendidos. En este sentido se refirió a 7 puntos:

  • Nulidad del juicio por violación a la Constitución Nacional
  • Nulidades de los alegatos de la Fiscalía y las querella
  • Irregular incorporación de la asociación ilícita
  • Nulidad de la acusación por hechos que ya fueron juzgados
  • Nulidad de las acusaciones por imprecisas
  • Calificación de delitos a hechos que fueron legales
  • El problema del enemigo

Entre tantas consideraciones que asombraron por la carga descalificadora que el letrado adosó, el defensor se refirió a que en los juicios de lesa humanidad se abandonó la legalidad para darle paso al totalitarismo y se despachó con la afirmación de que no se puede comparar la persecución al nazismo con la guerra sucia durante la dictadura argentina. Sus dichos dejaron en clara evidencia que abona la teoría de los dos demonios. Para Dillon, “los hechos que se juzgan no fueron delitos para la época en que se cometieron”, concepto que se cae por sí solo y no merece más análisis.

El defensor oficial, que no participó en ninguna de las 164 audiencias anteriores, calificó de cínico y perverso al fiscal Dante Vega, de psicodélicos los alegatos de los acusadores y de irregulares a los testimonios de las víctimas. De estos últimos dijo que construyeron relatos influidos por el paso del tiempo y las emociones.

Nuevamente atacó a los juicios a genocidas afirmando que no existe la lesa humanidad y que quienes impulsan estos procesos judiciales, como los organismos de DDHH “están llenos de ideologismos y persiguen el sacrificio de chivos expiatorios”. Dicho de otro modo, para el letrado, los asesinos, los torturadores, los violadores, los ladrones de bebés, los dueños de la vida y la muerte, son chivos expiatorios.

Alega el defensor oficial Dillon

Finalmente, Dillon insistió con que los acusados son considerados enemigos por los querellantes, las víctimas, los organismos, etcétera, dejando al descubierto, una vez más, su estrategia de reinstalar la teoría de los dos demonios al señalar que “se da la lógica persecución del enemigo para darle continuidad a la guerra”. No obstante, nada dijo acerca de que ninguna víctima, ni sus familiares, ni los allegados, ni los militantes, ni nadie intentó jamás justicia por mano propia o venganza contra ese enemigo y esa guerra que pretende hacer ver el abogado de acusados por delitos de lesa humanidad.

La Defensoría Oficial continuará alegando este martes.

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